Post by Admin on May 31, 2023 5:42:46 GMT
El Sol, la Luna, y las Estrellas.
Al final de la tribulación, dijo Jesús, el universo sería arrasado: la luz del sol y la luna se apagarían, las estrellas caerían, y los poderes de los cielos serían sacudidos.
La base para este simbolismo es Génesis
1:14-16, donde se habla del sol, la luna, y las estrellas ("las potencias de los cielos" Mateo 24:29) como las "señales" que "gobiernan" el mundo.
Mas tarde en la Escritura, se usan estas luces celestiales para representar a las autoridades y gobernantes terrenales.
Cuando Dios amenaza destruirlos con juicio, la misma terminología del universo arrasado es usado para describirlo.
Profetizando la caída de Babilonia a los medos en el año 539 a. de C., Isaías escribió: He aquí el día de Jehová viene,
Terrible, y de indignación y ardor de ira.
Para convertir la tierra en soledad,
Y raer de ella a sus pecadores.
Por lo cual las estrellas de los cielos y sus
luceros no darán su luz; Y el sol se oscurecerá al nacer, Y la luna no dará su resplandor (Isaías 13:9-10).
Significativamente, Isaías mas tarde profetizaba la caída de Edóm en términos de des-creación: Y todo el ejército de los cielos se disolverá, Y se enrollarán los cielos como un libro; Y caerá todo su ejército.
Como se cae la hoja de la parra,
Y como se cae la de la higuera (Isaías 34:4).
Un colega de Isaías, el profeta Amós, predecía la ruina de Samaría (722 a. de C.) en casi la misma forma:
Acontecerá en aquel día, dice Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía,
Y cubriré de tinieblas la tierra en el día claro
(Amós 8:9).
Otro ejemplo es del profeta Ezequiel, quien predijo la destrucción de Egipto. Esto dijo Dios por medio de él:
"Y cuando te haya extinguido, cubriré los cielos, y haré entenebrecer sus
estrellas; El sol cubriré con nublado,
Y la luna no hará resplandecer su luz.
Haré entenebrecer todos los astros brillantes del cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra, dice Jehová el Señor (Ezequiel 32:7-8).
Hay que destacar que ninguno de estos eventos literalmente ocurrrió. Dios no tenía la intención de que alguien interpretara literalmente estas declaraciones poéticas. Sin embargo, todas estas cosas ocurrieron:
con respecto a estas naciones malas, "se
apagaron las luces."
Este, es sencillamente un lenguaje figurativo, que no nos sorprendería si todos conociéramos mejor la Biblia y apreciáramos su carácter literario.
Por lo tanto, lo que Jesús está diciendo en Mateo 24, con una terminología que sus discípulos entendieron inmediatamente, es que la luz de Israel sería apagada; la nación del pacto dejaría de existir.
Al acabar la tribulación, el antiguo Israel habrá desaparecido.
Al final de la tribulación, dijo Jesús, el universo sería arrasado: la luz del sol y la luna se apagarían, las estrellas caerían, y los poderes de los cielos serían sacudidos.
La base para este simbolismo es Génesis
1:14-16, donde se habla del sol, la luna, y las estrellas ("las potencias de los cielos" Mateo 24:29) como las "señales" que "gobiernan" el mundo.
Mas tarde en la Escritura, se usan estas luces celestiales para representar a las autoridades y gobernantes terrenales.
Cuando Dios amenaza destruirlos con juicio, la misma terminología del universo arrasado es usado para describirlo.
Profetizando la caída de Babilonia a los medos en el año 539 a. de C., Isaías escribió: He aquí el día de Jehová viene,
Terrible, y de indignación y ardor de ira.
Para convertir la tierra en soledad,
Y raer de ella a sus pecadores.
Por lo cual las estrellas de los cielos y sus
luceros no darán su luz; Y el sol se oscurecerá al nacer, Y la luna no dará su resplandor (Isaías 13:9-10).
Significativamente, Isaías mas tarde profetizaba la caída de Edóm en términos de des-creación: Y todo el ejército de los cielos se disolverá, Y se enrollarán los cielos como un libro; Y caerá todo su ejército.
Como se cae la hoja de la parra,
Y como se cae la de la higuera (Isaías 34:4).
Un colega de Isaías, el profeta Amós, predecía la ruina de Samaría (722 a. de C.) en casi la misma forma:
Acontecerá en aquel día, dice Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía,
Y cubriré de tinieblas la tierra en el día claro
(Amós 8:9).
Otro ejemplo es del profeta Ezequiel, quien predijo la destrucción de Egipto. Esto dijo Dios por medio de él:
"Y cuando te haya extinguido, cubriré los cielos, y haré entenebrecer sus
estrellas; El sol cubriré con nublado,
Y la luna no hará resplandecer su luz.
Haré entenebrecer todos los astros brillantes del cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra, dice Jehová el Señor (Ezequiel 32:7-8).
Hay que destacar que ninguno de estos eventos literalmente ocurrrió. Dios no tenía la intención de que alguien interpretara literalmente estas declaraciones poéticas. Sin embargo, todas estas cosas ocurrieron:
con respecto a estas naciones malas, "se
apagaron las luces."
Este, es sencillamente un lenguaje figurativo, que no nos sorprendería si todos conociéramos mejor la Biblia y apreciáramos su carácter literario.
Por lo tanto, lo que Jesús está diciendo en Mateo 24, con una terminología que sus discípulos entendieron inmediatamente, es que la luz de Israel sería apagada; la nación del pacto dejaría de existir.
Al acabar la tribulación, el antiguo Israel habrá desaparecido.