Post by Admin on Nov 30, 2023 3:02:05 GMT
¿Qué del milenio? (1ª Parte)
Dejando que las Escrituras interpreten las Escrituras
Al crecer en un ambiente futurista dispensacionalista, nunca escuché mensajes bíblicos sobre el fondo del Antiguo Testamento y la fuente de la escatología del Nuevo Testamento.
La idea de que los escritores de Nuevo Testamento anticipaban el inminente cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento, después de la cruz, y después de Pentecostés, era un concepto totalmente ignorado por la mayoría de nuestros círculos.
Y si alguna vez mencionado, fue visto como extraño y rechazado sin ninguna investigación seria o peor aún, usando de una hermenéutica fabricada se concluía en deducciones previamente inyectadas a las Escrituras.
La razón principal que alimenta esto es muy simple. Fue, y sigue siendo, considerada como una verdad fundamental e irrefutable que ‘Dios había terminado en la cruz con el Antiguo Testamento y con el Israel del Antiguo Testamento’.
Sin embargo, hace unos años atrás el Espíritu Santo empezó a abrir nuestros entendimientos en esta área, a solas primero y desde 2019 junto con un número de Ministros y Pastores amigos comenzamos a mirar en las Escrituras y hacer nuestro propio estudio e investigación de modo privado.
Tras cientos de horas de investigación y estudio, nos sorprendió saber que esta verdad, supuestamente ‘irrefutable’ era de hecho, seriamente defectuosa y errónea. (Para un estudio más detallado lea mi libro ‘El fin de la Ley’)
El hecho es que toda la escatología del Nuevo Testamento se basa directamente -y se extrae- de las promesas del Antiguo Testamento hechas al Israel del Antiguo Testamento. NO se encuentra ninguna nueva promesa escatológica en el Nuevo Testamento.
Me encantan las ‘conexiones’ en las Escrituras, conexiones que unen los pasajes de tal manera que se establece el momento y la naturaleza del cumplimiento.
Podemos llamar a esto ‘conectando los puntos’. Otro término un poco más técnico es ‘Analogia Scriptura’, conocido como ‘principio sintético’, que significa que las Escrituras deben ser su propio intérprete.
Para una correcta interpretación bíblica / profética, es vital usar las Escrituras para interpretar las Escrituras.
Hay un dicho que dice más o menos así: ‘Es más fácil hacer creer algo que no es verdad al que no investiga ni estudia que mostrarle la verdad’.
Le sugiero que lea de manera atenta, lenta y pausadamente, los pasajes bíblicos que a continuación se exponen; de ese modo se familiarizará con ellos y de seguro verá lo que las Escrituras nos declaran.
Habiendo dicho lo anterior, quiero compartir algunas ‘conexiones’ muy poderosas entre textos escatológicos importantes que aparecen en el Nuevo Testamento y su fuente en el Antiguo Testamento.
Isaías 40:1-12
1 Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. 2 Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados. 3 Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. 4 Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. 5 Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado. 6 Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. 7 La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo. 8 Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre. 9 Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro! 10 He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y Su brazo señoreará; he aquí que Su recompensa viene con Él, y su paga delante de su rostro. 11 Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas. 12 ¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?
Veamos algunos de los principios clave en esta profecía.
➔ Esta es la predicción de expiar, perdonar el pecado de Israel (Isaías 40:1-2). Isaías sirve como fuente de:
Daniel 9:24-27
24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.
No examinaremos Daniel 9 aquí, pero podemos notar que Isaías 40 (que fue escrito más de 150 años antes que el libro de Daniel fuera escrito) alumbra a Daniel 9, le sirve como iluminación e inspiración, esto significa que el cumplimiento de Isaías 40 no puede extrapolarse más allá de la destrucción de ‘la ciudad y el santuario’ de Daniel 9:26-27, que ocurrió en el año 70 d.C.
➔ Tenemos la predicción de la venida del Señor en gloria (Isaías 40:5, 10).
➔ No solo es la venida del Señor en gloria, sino que ‘toda carne juntamente la verá’ (Isaías 40:5). Esto es directamente paralelo a:
Apocalipsis 1:7
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por Él. Sí, amén.
➔ La venida del Señor en gloria es un momento de juicio y galardón: ‘Su recompensa viene con Él’ (Isaías 40:10-12).
Por lo tanto, esta NO es una profecía de la encarnación de Cristo. Este pasaje, junto con Isaías 62:10-12, sirve como la fuente de la cual fluyen Mateo 16:27-28 (más adelante se verá), y otro pasaje muy significativo al que iremos enseguida.
➔ La venida del Señor es Su venida en el reino: ‘Su brazo señoreará’ (Isaías 40:10).
Es fundamental honrar el hecho de que esta venida del Señor predicha aquí, debía ser anunciada por la ‘voz que clama en el desierto’ (Isaías 40:3) ¿Quién fue ese o quién será eso?
¡Las Escrituras son muy claras! La voz no era otro más que Juan el bautista:
Juan 1:19-23
19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? 20 Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. 21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. 22 Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? 23 Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.
Juan el bautista dijo enfáticamente: ‘Yo soy la voz...’. Eso significa que Juan era el heraldo de la llegada del Señor, en juicio, en gloria, en el reino. Además Marcos siendo inspirado, cita de Isaías 40 directamente y aplicó la profecía a Juan:
Marcos 1:1-3
1 Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. 2 Como está escrito en Isaías el profeta: He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti. 3 Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas.
Observemos cómo Marcos no solo identifica a Juan como la voz que debía proclamar la venida del Señor, sino que también lo identifica como el ‘mensajero’:
Malaquías 3:1-5
1 He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. 2 ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque Él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. 3 Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia. 4 Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos. 5 Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos.
¡En Malaquías, esa venida del Señor sería la venida del Señor en la aplicación de las disposiciones del pacto (es decir, Deuteronomio 28-30) de ira contra Israel por violar la Ley / la Torá! Sería un juicio nacional, NO un juicio del fin de tiempo.
Debía ser la venida de Dios / Cristo en la aplicación de las disposiciones de la ley de bendiciones y maldiciones, el pacto de Dios con Israel. NO tenía nada que ver con el final de la era cristiana, o el final de la era actual.
Las leyes de la Torá mencionadas aquí se encuentran en:
Éxodo 22:18-24
18 A la hechicera no dejarás que viva. 19 Cualquiera que cohabitare con bestia, morirá. 20 El que ofreciere sacrificio a dioses excepto solamente a Jehová, será muerto. 21 Y al extranjero no engañarás ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. 22 A ninguna viuda ni huérfano afligiréis. 23 Porque si tú llegas a afligirles, y ellos clamaren a mí, ciertamente oiré yo su clamor; 24 y mi furor se encenderá, y os mataré a espada, y vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos.
Deuteronomio 27:19-26
19 Maldito el que pervirtiere el derecho del extranjero, del huérfano y de la viuda. Y dirá todo el pueblo: Amén. 20 Maldito el que se acostare con la mujer de su padre, por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo: Amén. 21 Maldito el que se ayuntare con cualquier bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén. 22 Maldito el que se acostare con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén. 23 Maldito el que se acostare con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén. 24 Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén. 25 Maldito el que recibiere soborno para quitar la vida al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén. 26 Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.
En Éxodo 22:24, el juicio se identifica claramente como un juicio nacional, cuando el Señor vendría contra Israel con la espada.
Entonces, Isaías 40 y Malaquías 3 predijeron la venida del Señor en gloria, en el juicio nacional de Israel, en recompensa, su llegada a gobernar en el reino, y Juan el bautista fue la voz y el mensajero que proclamó ese día venidero, afirmando que ¡Llegaría pronto! Con todo esto en mente, miremos ahora:
Isaías 62:10-12
10 Pasad, pasad por las puertas; barred el camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las piedras, alzad pendón a los pueblos. 11 He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí Su recompensa con Él, y delante de Él Su obra. 12 Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te llamarán Ciudad Deseada, no desamparada.
Isaías 62 está haciendo eco y repitiendo la promesa de la venida del Señor para la salvación de Israel que se encuentra en Isaías 40. Cada elemento de Isaías 40 se encuentra aquí. Y el tema mesiánico se confirma por el hecho de que esta venida del Señor es el momento en que el Señor se volvería a casar con Israel. En Oseas, se había divorciado de Israel, pero prometió que en los últimos días se volverían a casar, bajo el Nuevo Pacto:
Oseas 2:1-5, 18-23
1 Decid a vuestros hermanos: Ammi; y a vuestras hermanas: Ruhama. 2 Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos; 3 no sea que yo la despoje y desnude, la ponga como el día en que nació, la haga como un desierto, la deje como tierra seca, y la mate de sed. 4 Ni tendré misericordia de sus hijos, porque son hijos de prostitución. 5 Porque su madre se prostituyó; la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida… 18 En aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura. 19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. 20 Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová. 21 En aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra. 22 Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel. 23 Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.
Isaías está resonando esa promesa de la restauración de los últimos días / segundas nupcias. Estaría en la venida del Señor en juicio, salvación, el reino: ‘He aquí viene tu Salvador; he aquí Su recompensa con Él’. (Isaías 62:11)
¿Puede haber alguna duda de que este pasaje, junto con Isaías 40, es la fuente de Mateo 16:27-28? Ambos pasajes predijeron la venida del Señor en gloria, el tiempo del juicio y la recompensa, la venida del reino.
Mateo 16:27-28
27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. 28 De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.
Jesús dijo en los términos más claros que su venida, para recompensar a cada hombre, sería durante la vida de esa generación viva del primer siglo: ‘De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.’
Es triste contemplar la gimnasia teológica que realizan los comentaristas para escapar de la fuerza de las palabras de Jesús.
Extracto de mi libro '¿Qué del milenio?' (Páginas 1-11)
Si se encuentra en los US, Canadá, Europa, UK o Australia puede ver todos nuestros libros en: www.lulu.com/es/spotlight/rubenmm
Dejando que las Escrituras interpreten las Escrituras
Al crecer en un ambiente futurista dispensacionalista, nunca escuché mensajes bíblicos sobre el fondo del Antiguo Testamento y la fuente de la escatología del Nuevo Testamento.
La idea de que los escritores de Nuevo Testamento anticipaban el inminente cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento, después de la cruz, y después de Pentecostés, era un concepto totalmente ignorado por la mayoría de nuestros círculos.
Y si alguna vez mencionado, fue visto como extraño y rechazado sin ninguna investigación seria o peor aún, usando de una hermenéutica fabricada se concluía en deducciones previamente inyectadas a las Escrituras.
La razón principal que alimenta esto es muy simple. Fue, y sigue siendo, considerada como una verdad fundamental e irrefutable que ‘Dios había terminado en la cruz con el Antiguo Testamento y con el Israel del Antiguo Testamento’.
Sin embargo, hace unos años atrás el Espíritu Santo empezó a abrir nuestros entendimientos en esta área, a solas primero y desde 2019 junto con un número de Ministros y Pastores amigos comenzamos a mirar en las Escrituras y hacer nuestro propio estudio e investigación de modo privado.
Tras cientos de horas de investigación y estudio, nos sorprendió saber que esta verdad, supuestamente ‘irrefutable’ era de hecho, seriamente defectuosa y errónea. (Para un estudio más detallado lea mi libro ‘El fin de la Ley’)
El hecho es que toda la escatología del Nuevo Testamento se basa directamente -y se extrae- de las promesas del Antiguo Testamento hechas al Israel del Antiguo Testamento. NO se encuentra ninguna nueva promesa escatológica en el Nuevo Testamento.
Me encantan las ‘conexiones’ en las Escrituras, conexiones que unen los pasajes de tal manera que se establece el momento y la naturaleza del cumplimiento.
Podemos llamar a esto ‘conectando los puntos’. Otro término un poco más técnico es ‘Analogia Scriptura’, conocido como ‘principio sintético’, que significa que las Escrituras deben ser su propio intérprete.
Para una correcta interpretación bíblica / profética, es vital usar las Escrituras para interpretar las Escrituras.
Hay un dicho que dice más o menos así: ‘Es más fácil hacer creer algo que no es verdad al que no investiga ni estudia que mostrarle la verdad’.
Le sugiero que lea de manera atenta, lenta y pausadamente, los pasajes bíblicos que a continuación se exponen; de ese modo se familiarizará con ellos y de seguro verá lo que las Escrituras nos declaran.
Habiendo dicho lo anterior, quiero compartir algunas ‘conexiones’ muy poderosas entre textos escatológicos importantes que aparecen en el Nuevo Testamento y su fuente en el Antiguo Testamento.
Isaías 40:1-12
1 Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. 2 Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados. 3 Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. 4 Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. 5 Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado. 6 Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. 7 La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo. 8 Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre. 9 Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro! 10 He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y Su brazo señoreará; he aquí que Su recompensa viene con Él, y su paga delante de su rostro. 11 Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas. 12 ¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?
Veamos algunos de los principios clave en esta profecía.
➔ Esta es la predicción de expiar, perdonar el pecado de Israel (Isaías 40:1-2). Isaías sirve como fuente de:
Daniel 9:24-27
24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.
No examinaremos Daniel 9 aquí, pero podemos notar que Isaías 40 (que fue escrito más de 150 años antes que el libro de Daniel fuera escrito) alumbra a Daniel 9, le sirve como iluminación e inspiración, esto significa que el cumplimiento de Isaías 40 no puede extrapolarse más allá de la destrucción de ‘la ciudad y el santuario’ de Daniel 9:26-27, que ocurrió en el año 70 d.C.
➔ Tenemos la predicción de la venida del Señor en gloria (Isaías 40:5, 10).
➔ No solo es la venida del Señor en gloria, sino que ‘toda carne juntamente la verá’ (Isaías 40:5). Esto es directamente paralelo a:
Apocalipsis 1:7
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por Él. Sí, amén.
➔ La venida del Señor en gloria es un momento de juicio y galardón: ‘Su recompensa viene con Él’ (Isaías 40:10-12).
Por lo tanto, esta NO es una profecía de la encarnación de Cristo. Este pasaje, junto con Isaías 62:10-12, sirve como la fuente de la cual fluyen Mateo 16:27-28 (más adelante se verá), y otro pasaje muy significativo al que iremos enseguida.
➔ La venida del Señor es Su venida en el reino: ‘Su brazo señoreará’ (Isaías 40:10).
Es fundamental honrar el hecho de que esta venida del Señor predicha aquí, debía ser anunciada por la ‘voz que clama en el desierto’ (Isaías 40:3) ¿Quién fue ese o quién será eso?
¡Las Escrituras son muy claras! La voz no era otro más que Juan el bautista:
Juan 1:19-23
19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? 20 Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. 21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. 22 Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? 23 Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.
Juan el bautista dijo enfáticamente: ‘Yo soy la voz...’. Eso significa que Juan era el heraldo de la llegada del Señor, en juicio, en gloria, en el reino. Además Marcos siendo inspirado, cita de Isaías 40 directamente y aplicó la profecía a Juan:
Marcos 1:1-3
1 Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. 2 Como está escrito en Isaías el profeta: He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti. 3 Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas.
Observemos cómo Marcos no solo identifica a Juan como la voz que debía proclamar la venida del Señor, sino que también lo identifica como el ‘mensajero’:
Malaquías 3:1-5
1 He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. 2 ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque Él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. 3 Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia. 4 Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos. 5 Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos.
¡En Malaquías, esa venida del Señor sería la venida del Señor en la aplicación de las disposiciones del pacto (es decir, Deuteronomio 28-30) de ira contra Israel por violar la Ley / la Torá! Sería un juicio nacional, NO un juicio del fin de tiempo.
Debía ser la venida de Dios / Cristo en la aplicación de las disposiciones de la ley de bendiciones y maldiciones, el pacto de Dios con Israel. NO tenía nada que ver con el final de la era cristiana, o el final de la era actual.
Las leyes de la Torá mencionadas aquí se encuentran en:
Éxodo 22:18-24
18 A la hechicera no dejarás que viva. 19 Cualquiera que cohabitare con bestia, morirá. 20 El que ofreciere sacrificio a dioses excepto solamente a Jehová, será muerto. 21 Y al extranjero no engañarás ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. 22 A ninguna viuda ni huérfano afligiréis. 23 Porque si tú llegas a afligirles, y ellos clamaren a mí, ciertamente oiré yo su clamor; 24 y mi furor se encenderá, y os mataré a espada, y vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos.
Deuteronomio 27:19-26
19 Maldito el que pervirtiere el derecho del extranjero, del huérfano y de la viuda. Y dirá todo el pueblo: Amén. 20 Maldito el que se acostare con la mujer de su padre, por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo: Amén. 21 Maldito el que se ayuntare con cualquier bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén. 22 Maldito el que se acostare con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén. 23 Maldito el que se acostare con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén. 24 Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén. 25 Maldito el que recibiere soborno para quitar la vida al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén. 26 Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.
En Éxodo 22:24, el juicio se identifica claramente como un juicio nacional, cuando el Señor vendría contra Israel con la espada.
Entonces, Isaías 40 y Malaquías 3 predijeron la venida del Señor en gloria, en el juicio nacional de Israel, en recompensa, su llegada a gobernar en el reino, y Juan el bautista fue la voz y el mensajero que proclamó ese día venidero, afirmando que ¡Llegaría pronto! Con todo esto en mente, miremos ahora:
Isaías 62:10-12
10 Pasad, pasad por las puertas; barred el camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las piedras, alzad pendón a los pueblos. 11 He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí Su recompensa con Él, y delante de Él Su obra. 12 Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te llamarán Ciudad Deseada, no desamparada.
Isaías 62 está haciendo eco y repitiendo la promesa de la venida del Señor para la salvación de Israel que se encuentra en Isaías 40. Cada elemento de Isaías 40 se encuentra aquí. Y el tema mesiánico se confirma por el hecho de que esta venida del Señor es el momento en que el Señor se volvería a casar con Israel. En Oseas, se había divorciado de Israel, pero prometió que en los últimos días se volverían a casar, bajo el Nuevo Pacto:
Oseas 2:1-5, 18-23
1 Decid a vuestros hermanos: Ammi; y a vuestras hermanas: Ruhama. 2 Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos; 3 no sea que yo la despoje y desnude, la ponga como el día en que nació, la haga como un desierto, la deje como tierra seca, y la mate de sed. 4 Ni tendré misericordia de sus hijos, porque son hijos de prostitución. 5 Porque su madre se prostituyó; la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida… 18 En aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura. 19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. 20 Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová. 21 En aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra. 22 Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel. 23 Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.
Isaías está resonando esa promesa de la restauración de los últimos días / segundas nupcias. Estaría en la venida del Señor en juicio, salvación, el reino: ‘He aquí viene tu Salvador; he aquí Su recompensa con Él’. (Isaías 62:11)
¿Puede haber alguna duda de que este pasaje, junto con Isaías 40, es la fuente de Mateo 16:27-28? Ambos pasajes predijeron la venida del Señor en gloria, el tiempo del juicio y la recompensa, la venida del reino.
Mateo 16:27-28
27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. 28 De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.
Jesús dijo en los términos más claros que su venida, para recompensar a cada hombre, sería durante la vida de esa generación viva del primer siglo: ‘De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.’
Es triste contemplar la gimnasia teológica que realizan los comentaristas para escapar de la fuerza de las palabras de Jesús.
Extracto de mi libro '¿Qué del milenio?' (Páginas 1-11)
Si se encuentra en los US, Canadá, Europa, UK o Australia puede ver todos nuestros libros en: www.lulu.com/es/spotlight/rubenmm