Post by Admin on Feb 7, 2024 1:40:58 GMT
ANÁLISIS DE MATEO 23 A LA LUZ DE MATEO 24
En Mateo 23, Jesús pronuncia siete lamentaciones contra los escribas y fariseos hipócritas, quienes se sientan en la silla de Moisés pero no practican lo que enseñan. Les advierte que no sigan sus malos ejemplos ni sus enseñanzas erróneas. Les dice que son como sepulcros blanqueados, hermosos por fuera pero por dentro llenos de podredumbre e hipocresía.
Esta dura reprimenda de Jesús se enmarca en el contexto de la destrucción total del sistema religioso judío que Él había profetizado, la cual se cumpliría en su generación. En Mateo 24, al ser interrogado por los discípulos sobre cuándo sucedería todo esto y cuál sería la señal de su venida y del fin del mundo, Jesús les da detalles precisos de los acontecimientos que marcarían el fin de la era judía y el advenimiento del Reino de Dios.
Al analizar Mateo 23 a la luz de Mateo 24, podemos ver que la reprensión de Jesús a los dirigentes religiosos judíos se cumpliría cabalmente con la destrucción total de Jerusalén y el Templo en el 70 d.C., como Él mismo había profetizado. En Mateo 23:37-38 dice: "¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollos debajo de sus alas, y no quisiste! He aquí que se os dejará desierta vuestra casa".
Estas palabras se cumplieron cuando el ejército romano de Tito sitió y destruyó completamente la ciudad y el Templo, dejando a Jerusalén como un erial, tal como Jesús lo había anunciado. En Mateo 24:2 Jesús dice a sus discípulos: "No queda aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada". Esto se refiere claramente a la destrucción total del Templo, la cual sucedería en la generación de los discípulos, como una señal de la venida del Hijo del Hombre y el fin de la era judía, tal como Jesús lo explica en Mateo 24:3,15-21,29-31,34.
Al analizar Mateo 23 a la luz del contexto histórico y profético de Mateo 24, queda claro que la reprensión de Jesús a los dirigentes religiosos judíos se cumplió cabalmente con la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C., marcando el fin de la nación judía y el inicio de la era de la Iglesia. Esto confirma que las palabras de Jesús en Mateo 23-24 se dirigían específicamente a la generación judía de su tiempo, anunciando el juicio venidero sobre aquella nación rebelde, el cual se llevó a cabo de acuerdo a la cronología y detalles que Él mismo había profetizado.
En Mateo 23, Jesús pronuncia siete lamentaciones contra los escribas y fariseos hipócritas, quienes se sientan en la silla de Moisés pero no practican lo que enseñan. Les advierte que no sigan sus malos ejemplos ni sus enseñanzas erróneas. Les dice que son como sepulcros blanqueados, hermosos por fuera pero por dentro llenos de podredumbre e hipocresía.
Esta dura reprimenda de Jesús se enmarca en el contexto de la destrucción total del sistema religioso judío que Él había profetizado, la cual se cumpliría en su generación. En Mateo 24, al ser interrogado por los discípulos sobre cuándo sucedería todo esto y cuál sería la señal de su venida y del fin del mundo, Jesús les da detalles precisos de los acontecimientos que marcarían el fin de la era judía y el advenimiento del Reino de Dios.
Al analizar Mateo 23 a la luz de Mateo 24, podemos ver que la reprensión de Jesús a los dirigentes religiosos judíos se cumpliría cabalmente con la destrucción total de Jerusalén y el Templo en el 70 d.C., como Él mismo había profetizado. En Mateo 23:37-38 dice: "¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollos debajo de sus alas, y no quisiste! He aquí que se os dejará desierta vuestra casa".
Estas palabras se cumplieron cuando el ejército romano de Tito sitió y destruyó completamente la ciudad y el Templo, dejando a Jerusalén como un erial, tal como Jesús lo había anunciado. En Mateo 24:2 Jesús dice a sus discípulos: "No queda aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada". Esto se refiere claramente a la destrucción total del Templo, la cual sucedería en la generación de los discípulos, como una señal de la venida del Hijo del Hombre y el fin de la era judía, tal como Jesús lo explica en Mateo 24:3,15-21,29-31,34.
Al analizar Mateo 23 a la luz del contexto histórico y profético de Mateo 24, queda claro que la reprensión de Jesús a los dirigentes religiosos judíos se cumplió cabalmente con la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C., marcando el fin de la nación judía y el inicio de la era de la Iglesia. Esto confirma que las palabras de Jesús en Mateo 23-24 se dirigían específicamente a la generación judía de su tiempo, anunciando el juicio venidero sobre aquella nación rebelde, el cual se llevó a cabo de acuerdo a la cronología y detalles que Él mismo había profetizado.